Ale, ¡¡todos ricos!!

Hace algunas semanas, me encontré en una situación en Pekín que me puso de los nervios. Se produjo en el Instituto Cervantes, cuando, después de ver una muy bien organizada muestra de arte urbano, una mujer china de mediana edad me abordó entre copas de vino y canapés. Después de hablar durante un buen rato, la señora se atusó el pelo, bebió otro trago de vino tinto y me soltó lo siguiente: “en China se vive igual de bien que en Europa. Fíjate en mí: tengo mi negocio, tengo coche, puedo viajar. Vivo más o menos igual que vosotros”.

Yo ya estaba un poco hasta la narices del tono de voz de esta señora, que podría pasar perfectamente por una pija del Barrio de Salamanca. Su padre había sido militar, ahora ella vivía en Chaoyangmen (la zona más pija de Pekín), tenía coche y podía pagarse un curso en el Instituto Cervantes (“lo hago para pasar el tiempo”, decía). No pude más que alucinar con esta mujer tan fuera de la realidad, así que le dije con todos mis respetos: “Puede que tu vida no se diferencie mucho de la de la clase media europea… ¿pero cuánta gente tiene coche en China? ¿qué hay del nivel de educación y sanidad? ¿cuántos chinos se pueden pagar un curso en el Cervantes y pueden vivir en un apartamento en Chaoyangmen? ¿Tu has salido alguna vez de tu maldita burbuja de Pekín?”…

En fin, simplemente le expliqué que evidentemente la situación había mejorado espectacularmente en los últimos 30 años en China, pero que la población que vivía bien (en comparación con los países desarrollados, que era lo que esta señora defendía) todavía debía de ser entre un 5 y un 10%. China sigue siendo un país en vías de desarrollo, con una renta per cápita diez veces menor que la española y situado en el Índice de Desarrollo Humano en el puesto 81 (por detrás de Venezuela, República Dominicana o Ucrania).

Lo que más me cabreó de esta señora fue que no supiera diferenciar entre la suerte que ella ha tenido y la situación general del país. Ella vivía bien, por lo tanto todo el mundo debía de vivir bien. Que falta de realismo y aislamiento absoluto de la realidad de su propio país.

3 comentarios

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3 Respuestas a “Ale, ¡¡todos ricos!!

  1. Qué envidia que estés en Beijing… leer tu blog me trae muchos recuerdos de mi época de estudiante en Beijing (en el 1991 y 1992!). De ahí me fui a Taiwan y a Malasia. Echo de menos Asia!

  2. Kailing

    Cierto, cierto, cierto. Yo tengo suerte de viajar de aqui para alla en pueblos de China por mi labor… y claro, no es lo mismo. Beijing, Shanghai… es «mentira» como le dije a mi hermana cuando vino. Esta muy bien pero son islas. Lo que pasa que la gente lo tiene asumido, son 5000 años de historia asi. A mi me sorprende ver a los tours de Chinos viniendo a Pekin y Shanghai a ver lo avanzado del pais… y orgulloso de ello… Como en la Epoca Imperial, la ciudad Imperial (esta y todas las anteriores) no son sino monumetos a la explotacion milenaria de un pueblo. El Pekin y el Shanghai de hoy, cada vez me parecen mas de lo mismo. Eso si, se vive muy bien… algunos.

  3. Aorijia

    La ceguera de la mujer es considerable pero, bien pensado, tampoco es infrecuente que el chino que hace una vida cosmopolita en una gran ciudad desconozca que no todos son tan afortunados como él. ¿No suele verse al campesino, o al que viene de provincias interiores, con cierto desdén?

    De cualquier manera, sólo hace falta pasearse por Pekin para ser testigo de «burbujas de infortunio», ¡así que me sorprende la falta de perspectiva de la señora!

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